Hoy en día hay que preparar muy bien la presentación a concursos de urbanismo, ya que por un lado los Ayuntamientos están primando casi en 50 puntos de 100 la baja ofertada sobre el precio de licitación y la competencia es cada vez más abundante.
Sobre la proposición económica, es necesario elaborar un presupuesto previo en el que se valoren individualmente todos los trabajos sectoriales necesarios para abordar el planeamiento municipal, que dependerá de las necesidades de cada municipio, según el planeamiento anterior, los recursos naturales existentes en el lugar, etc. Los consultores urbanísticos tenemos una fuerte exigencia por parte de la Consejería en la elaboración de estudios arqueológicos, estudios de anegabilidad, estudios de contaminación de suelos, estudios acústicos, y un largo etcétera que hay que prever en la elaboración de un presupuesto tentativo para determinar la proposición económica. Una vez que se determina el presupuesto necesario para abordar los trabajos de un Plan General, se podrá calcular el porcentaje a la baja sobre el precio de licitación del concurso, que últimamente los consultores urbanísticos están valorando en 30-45%. Hay que tener especial cuidado en no sobrepasar la baja temeraria, aunque está de moda que los Ayuntamientos elijan la propuesta más baja y le soliciten a los consultores urbanísticos justificar que se puede realizar el trabajo por tan módico precio.
Como ejemplos, los consultores urbanísticos del Plan General de Valladolid, han ofertado un 20% a la baja sobre el precio inicial (1.200.000). Los consultores urbanísticos adjudicatarios del Plan General de Burgos, ofrecieron un 15% de reducción sobre 1.600.000 €. En los planes generales de menos de 50.000 habitantes, que suelen ser los concursos accesibles por la mayoría de los equipos de consultores urbanísticos, se están adjudicando al licitador que ofrezca una reducción de más del 30% sobre el precio de licitación, así que, ahora, más que nunca, hay que hacer números y ajustar al máximo las subcontrataciones.